En ocasiones actuamos de forma que ni nosotros mismos comprendemos. Sin saber el motivo de esa actitud damos un portazo a todo, generalizando, sin percatarnos en el mañana.
Un mañana en el que intentas no preocuparte y hacer como que nada ha ocurrido. Y aunque es muy fácil pensar que es parte del destino (o esa es la escusa fácil) yo creo que todo tiene su porque y que aunque no queramos admitirlo sabemos perfectamente cuál es el quid de la cuestión.
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