Mañana de niebla, tarde de paseo. Así ha sido hoy el día en este rinconcito de Castilla. Después de una tarde de estudio, decidí coger mi cámara antes del anochecer y salir a dar un paseo para poder retratar imágenes que quizás si no llevara la cámara nunca las vería. Por alguna extraña razón no nos fijamos en los pequeños detalles que esconde la vida. Hemos de ser conscientes de que todo lo que tenemos a nuestro alrededor para poder amarlo y disfrutrarlo. Hemos de estar atentos para oir los sonidos al pasear por una calle solitaria, ese pájaro que canta o ese perro que ladra,o el sonido que produce el viento al chocar; oler aromas de flores, saborear los alimentos que comemos,...
No debemos de ir por la calle ensimismado, porque nos estamos perdiendo muchos momentos maravillosos. Cuando hacemos el esfuerzo de observar el máximo número de cosas que nos gustan, adquirimos un mayor grado de atención y conciencia, y de ese modo imágenes que se retienen en nuestra retina y que en otro momento conseguirán sacarnos una gran sonrisa.
Espero que os gusten las imágenes que he podido sacar hoy y que os guste este pueblo toresano.